En un contexto global donde la demanda de chips y semiconductores sigue en aumento, España ha tomado una decisión estratégica al destinar €12 000 millones con fondos de la Unión Europea (UE) para impulsar la producción nacional de chips. Este movimiento no solo busca reducir la dependencia de tecnologías extranjeras, sino también fortalecer el ecosistema tecnológico del país. A lo largo de este artículo, exploraremos los antecedentes históricos, las implicaciones actuales y las proyecciones futuras relacionadas con esta inversión.
